Hace unos años planeamos un viaje a Manizales, buscando cosas para hacer nos encontramos con un tour de “Avistamiento de Aves” que se ofrecía cerca de la ciudad; sin mucho conocimiento del tema los contactamos y acordamos la fecha.
La aventura empezó el día anterior. Llegamos a Manizales en la tarde y nos fuimos al Ecoparque los Yarumos, este tiene un sendero ecológico que vale la pena conocer. Al iniciar el recorrido se escuchaban los sonidos de las aves revoloteando y cantando, me sentía como una detective tras la pista secreta, luego aprendí que el territorio es de los pájaros y están alerta a quien llega, durante la caminata observamos un barranquero, estaba perchado sobre una rama y movía la cola como un péndulo, yo nunca antes lo había visto de cerquita, aquello me pareció espectacular, aun no conocía su hipnotizante canto. Allí estaba mirándonos aquel pájaro barrigón y de aspecto malhumorado; aquella tarde vimos también unos loros comiendo los frutos de un Yarumo.
Canto de Barranquero. Mitch Lysinger, XC260568. Accessible en www.xeno-canto.org/260568
La Madrugada
Al otro día, muy a las 4:30 de la mañana, en medio de un aguacero, nos recogieron en el hostal. Me cuestioné el por qué someterse a semejante sufrimiento: no había salido el sol, hacía frío, teníamos sueño y por si fuera poco no paraba de llover.
Cuando llegamos al sitio estaba la guía esperándonos, nos recibió muy amable y mientras pasaba la lluvia nos contó acerca de la ruta, nos explicó cómo se usaban los binoculares y qué aves se podían ver en el sitio; ella estaba preocupada porque con lluvia no habrían aves. En realidad nosotros ya estábamos felices, todo era paseo y el día anterior ya habíamos visto a un pájaro hermoso.
El día empezó a aclarar, la lluvia menguó y pudimos salir. Se empezaron a escuchar los cantos de la mañana, había uno en particular y pudimos ver de donde salía, era la Mirla Patiamarilla. La guía nos explicó acerca del dimorfismo sexual, que no que no es otra cosa que la diferencia física entre macho y hembra de la misma especie.
Canto de Mirla Patiamarilla. joerd Mayer, XC1967. Accessible en www.xeno-canto.org/1967
La Casita del Bosque
Luego llegamos a una casita en el bosque. Jamás en mi vida había visto tantos colibríes juntos. Volaban por todos lados, cantaban, zumbaban cerca del oído y se peleaban por las flores.
Allí aprendí que los colibríes son un grupo de pájaros bastante territoriales, agresivos y belicosos, no con eso dejan de ser encantadores. Nunca antes me detuve a pensar en cuántos tipos existen, luego me enteré que somos muy afortunados, en el mundo existen aproximadamente 343 especies de las cuales en hay 165 registradas en Colombia . Aquella tarde no sé cuántos vimos, solo se que para nuestros estándares eran montones de colibríes; morados, verdes, azules, pardos, negros. Como no sabíamos identificarlos por sus nombres, la guía nos indicaba sus nombres, de estos se me quedaron en la memoria el Colibrí rutilante, Colibrí pardo, Colibrí picoespada, Silfo de King, todos eran fascinantes pero ninguno como el Colibrí de raquetas.
Al Colibrí de raquetas, lo había visto en fotos y no me imaginé que pudiera conocerlo de cerca. Fue por unos segundos. Él llegó y voló alrededor de mi cabeza como si estuviera me estuviera investigando, casi no podía ver sus alas de lo rápido que volaba, era de un color verde iridiscente, tenía unos pompones blancos en sus patitas y me miraba fijamente con esos ojitos llenos de ira. Cuando volaba mostraba su cola, que eran dos raquetas chiquititas, era como una versión miniatura del barranquero que habíamos visto la tarde anterior. Ha sido de las aves más lindas que he visto, aquella mañana lloré de la felicidad.
El resto del día fue fantástico, vimos otros pájaros, atrapamoscas y varias tangaritas. Aquella mañana dedicada exclusivamente a ver pajaritos ha sido de las mejores cosas que he hecho en toda mi vida. Desde ese día hasta hoy, me parece un descubrimiento cada ave que miro y cada dato del que me entero. Siempre hay algo nuevo por aprender, incluso de las aves que vemos con mayor frecuencia y todo eso me llena siempre de emoción, cada vez que regreso de un avistamiento de aves es como si me recargara de felicidad.
Ahí supe que tenía que hacerlo para siempre, ver pajaritos sería una de mis misiones en esta vida.
Si te interesa avistar aves te dejo un tutorial acerca de cómo hacerlo, te darás cuenta de que es muy fácil y cualquiera lo puede hacer: ¿como avistar aves?
Por cierto, el sitio al que fuimos en Manizales se llama Recinto del Pensamiento y la agencia por la que contactamos a la guía se encuentra como La Ruta verde.