Hay ocasiones en que la incertidumbre me ataca y no le encuentro cura. Me genera incomodidad física y mental, no me deja vivir, incluso puede llegar a quitarme el hambre y el sueño.
¿Te suena familiar? a mi me pasa cuando hay situaciones que no sé como resolver o cuando me encuentro con preguntas para las que no encuentro respuesta, me ha pasado a menudo por estos días de pandemia y angustias existenciales.
Hace unas semanas mientras mirábamos por la ventana, observamos por unos segundos a un pajarito que nunca antes habíamos visto:
“Pañoleta café, pico amarillo, cachetico amarillo, como barba negra, la cabeza es como verde oliva y parte de la espalda es verde oliva, el pecho es como color ceniza”
Y se voló!
Al principio como todo en nuevo lifer, como se le llama en el mundo de los pájaros al primer avistamiento de un ave nunca antes vista por uno, nos emocionamos mucho, primero cada uno esperaba que el otro le confirmara que pájarito era, pero al ver que ninguno sabía y que de hecho nos tomó por sorpresa, empezamos a hacer mil conjeturas. Tenía forma de tangarita, pero podía ser de cualquier otro grupo.
Con el pasar de los minutos es más difícil que uno pueda recordar una imagen vista por solo unos segundos, nuestro cerebro empieza a inventarse formas y colores, afortunadamente grabamos un audio con las características en el momento de la observación y eso nos dió datos para la misión de detectives.
Horas de búsquedas infructuosas, rabia, tristeza, hasta dolor de cabeza, pensamientos de desechar la idea y abandonar la búsqueda, para luego ver cómo aparecía nuevamente la angustia.
Hubo varias teorías, desde que era un ave migratoria perdida hasta que podía ser un pajarito exótico escapado de una jaula. Esto me parece familiar, también pasa cuando inventamos explicaciones para calmar a nuestro cerebro, pero en el fondo, sabemos que no son esas las respuestas.
Después de mucho buscar en diferentes guías, buscando todas las características, nos enfocamos en un solo parámetro: la mascarita y funcionó.
¡Tangara Guira, una tarde completa en ascuas hasta que te encontramos!
Entonces, como suele pasar cuando encuentras respuesta a tus angustias, llegaron más preguntas, ¿dónde vive? ¿que come? ¿por qué estaba ahí? ¿será que vuelve? interminables dudas para volver a empezar el ciclo, claro que esta vez es menos probable que llegue a la incertidumbre, pues ya tenía información de donde partir.
Si te interesa conocer algunas de estas respuestas, están aquí: Tángara guira (Hemithraupis guira) hasta diciembre 2020.
Entonces confirmé una vez más esa revelación que llegó a mí, en días anteriores de incertidumbre:
“La cura para la incertidumbre es la información, pero la información de fuentes correctas”
Al final sólo teníamos que analizar el problema por partes, cambiar de perspectiva y buscar en la fuente correcta.